Jota García (Oviedo, 1989) creció y se “educó» en un colegio de monjas. Tras superar una profana infancia rodeada de «misas escolares» y «padres nuestros», alcanzó una adolescencia colmada de ateismo puro. Se evadía de todo ese odio incondicional a todo el hampa religioso con videojuegos varios y mucha TV. Tras terminar la enseñanza obligatoria, sufrió un truncado intento de llegar a ser un Rockstar, que lo forzó a retomar sus estudios y graduarse en Artes Gráficas, especializado en Diseño Gráfico. Resulta que el pan en la mesa no se pone solo…
Desde pequeño, Jota García sentía una gran admiración por Ibáñez y Alfonso el de “Pinón, Telva y Pinín”. Sin duda, todo cambió cuando descubrió, por casualidad, un cassette llamado “Dookie” en una gasolinera de Unquera. Esta música marcó un cambio muy importante en su vida, tanto como para, a día de hoy, llevarlo tatuado en la piel. En palabras del autor, el Dookie es “el mejor puto disco de los putos noventa”.
Aficionado al cine, y fiel admirador de directores como Tarantino, Scorsese, Leone y los Hermanos Coen, él también llegó a hacer algunos pinitos como «director» amateur, muy amateur. En aquellos tiempos realizó, junto con algunos amigos, algún corto que acabaría enterrado con su viejo Windows XP y que nunca más vería la luz. Quizá si algún día reaparece se vuelva de culto, ¿quién sabe?
Tras un tiempo apartado del tebeo, cubriendo otras inquietudes varias, redescubrió su afición a la historieta. Esta gran hazaña la consiguieron los maestros Garth Ennis y Steve Dillon, y su grandiosa colección: Predicador (o Preacher para los puristas). Toda su trama, y su admiración por los personajes, le hizo querer retomar su afición por el dibujo (afición, que no significa que sea un experto, cuidado), y volver a dar vida a un personaje que, como ya menciona el propio autor en su volumen 2 de Old Star (Camino a la Redención), llevaba mucho tiempo en su cabeza y en sus libretas de dibujo. Un personaje que caminaba entre lo autobiográfico y lo exactamente opuesto: Bitter Asmodeus.
Es así como, en 2018, comenzó a publicar el cómic Old Star, en formato grapa, bajo el sello editorial Unbrained Comics. Cabe considerar también que colabora regularmente con las publicaciones independientes Cuervo y Wrack. Colaboraciones que hace, por supuesto, con historias inéditas de Bitter.
Por cierto, soy yo mismo quien está escribiendo este texto, y lo hago en tercera persona para que no parezca un puto perfil de una web de citas, no por pretensión. Lo siento. Jaja saludos.